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Perdiendo la pasión espiritual

¿Cómo se pierde la pasión espiritual?

¿Cuáles son las razones...?

Este artículo nos comparte siete razones que nos alejan de una relación plena con nuestro Padre Celestial...


2009, Christianity Today International, Tomado de la Revista Leadership. Usado con permiso.

La pérdida de la pasión espiritual pareciera ser el resultado de:


1. Palabras sin acción
Estamos tentados a pensar que cuando expresamos algo lo damos por hecho. Por ejemplo tenemos una sensación momentánea de espiritualidad cuando decimos que queremos orar más o «dedicar más tiempo a la Palabra»
2. Actividades sin objetivo
El ministerio origina actividades, programas, conversaciones. Si nuestra decisión sobre la manera de distribuir el tiempo no se hace con la disciplina de vocación y propósito, nuestras energías vienen a ser como un río lento de poca profundidad.
3. Agenda sin día de descanso
Una agenda repleta de compromisos pero sin incluir tiempo (horas/días) para momentos de tranquilidad y reflexión -como una prioridad- es una abominación (palabra antigua y severa) expresada por el Dios de la Biblia, quien dijo: «Durante seis días se podrá trabajar, pero el día séptimo, el Sábado, será de reposo consagrado al Señor».
4. Relaciones sin provecho mutuo
Los pastores son propensos a relacionarse con muchas personas pero llegan a conocer a muy pocas. Los maestros espirituales nos han dicho durante siglos que sin aquellos amigos de alma, no alcanzaremos el gozo del ímpetu espiritual que nos da el deseo de saber más.
5. Personalidad pastoral sin autoexamen de conciencia
Mucho de lo que el ministro hace se establece a causa de diferencias no resueltas, enfermiza necesidad de aprobación, o el impulso natural de ejercer control. La falta de exploración de la condición moral de nuestro corazón finalmente tiene su pérdida.
6. Don natural sin poder espiritual
Un pastor puede llevar un ministerio a distancias considerables con palabras melosas, don de gente, conocimiento de política, y facilidad de organización. No obstante, el trabajo del Reino de Dios requiere un conjunto de características que solamente puede poseer una persona llena del Espíritu.
7. Excesiva teología sin suficiente espiritualidad
El pastor no puede representar un panorama de realidades que abarquen la creación, la maldad, la reconciliación y conversión, servicio desinteresado, la eternidad, un compendio intimidatorio de convicciones,  y en contraste mantener un régimen de ejercicio-espiritual del tamaño de un poroto. Una gran teología requiere una gran espiritualidad.

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