Desarrollar una iglesia sin muros, fundamentada en la suficiencia de las Escrituras y formada por discípulos de íntima comunión con Dios y entre ellos mismos, que caminan en integridad de corazón y con un testimonio público que impacte su esfera de influencia, hasta que la gloria de Dios cubra nuestra tierra. 

 

Dios
Conocerle, amarle y glorificarle.
Exaltar su santidad, separar lo extraordinario de Dios de lo ordinario del mundo.

 


Su Palabra
Nuestro único marco de referencia.
Intérprete de lo que somos y hacemos.

 


Adoración y Oración
Honrar y reverenciar a Dios.
Comunicación e intimidad con Dios.

 


Consagración
Obediencia, Integridad y Servicio.
Vidas cambiadas como única medida del éxito.
El carácter es más importante que el talento.

 


Compromiso
Una misma visión.
Excelencia.
La expansión del reino.
El fortalecimiento del núcleo familiar.
Atención a los necesitados.

 


Enseñar / Discipular/ Equipar
Enseñanza Cristo-céntrica.
Discipulado multidimensional.
Líderes maduros, llamados, equipados y ungidos por Dios.

 


El amor y el Perdón
Amar, respetar, aceptar y perdonar a los demás como Cristo lo hizo con nosotros.

 


PROMETEMOS, auxiliados por el Espíritu Santo, andar juntos en amor cristiano; procurando el adelanto de esta Iglesia en conocimientos, santidad y bienestar, promover su prosperidad y espiritualidad; sostener su culto, ordenanzas, disciplina y doctrinas bíblicas; contribuir fija y gustosamente para el mantenimiento del ministerio, los gasto de la iglesia, el alivio de los pobres y la promulgación del evangelio en todas las naciones.

 

PROMETEMOS, cultivar la devoción familiar y la particular, educar religiosamente a nuestros hijos; procurar la salvación de nuestros parientes, de nuestras amistades y de toda persona en general; andar con prudencia y discreción en el mundo; ser justo en nuestras acciones, fieles en nuestros compromisos con y en la Iglesia, con nuestros semejantes y con Dios; irreprochables en nuestras vidas, evitar la chismografía, la difamación y el excesivo enojo; abstenernos de la venta y uso de las bebidas intoxicantes así mismo de las drogas y cualquier vicio que afecte el testimonio de

Jesucristo. Ser celosos en nuestros esfuerzos por el engrandecimiento del Reino de Dios.

PROMETEMOS, además, cuidarnos los unos a los otros en amor fraternal, recordamos mutuamente en la oración; ayudarnos unos a otros en las enfermedades y en las desgracias; cultivar la simpatía cristiana en el sentimiento y en la cortesía de la palabra; ser tardos para ofendernos, y estar prestos siempre para la reconciliación, abundando en los preceptos y doctrinas de nuestro Salvador para obtenerla sin tardanza.

 

 

PROMETEMOS, Finalmente, que cuando tengamos que cambiar nuestra residencia a otro lugar, nos uniremos tan pronto como nos sea posible a otra iglesia, en donde podamos continuar desarrollando el espíritu de este pacto y los principios de la Palabra de Dios.